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Vivir con superdotados

  • Celia Megías
  • 6 dic 2015
  • 3 Min. de lectura


Me animaron a escribir este blog y aunque al principio tuve mis reservas, decidí hacerlo, sobre todo, porque cuando hablas de altas capacidades la gente siente curiosidad. ¿Qué es en realidad un niño con altas capacidades? ¿Lo saben todo? ¿Son raros? ¿Tocan el piano con 4 años? ¿Corrigen al profesor?... La imagen que se suele tener de ellos, me incluyo, pues hasta que supe que mi hijo lo era tenía la misma idea que la mayoría, es de que es algo lejano y ajeno, estaba muy equivocada, además ahora tengo el convencimiento de que si todos entendemos y tenemos más conocimiento sobre las altas capacidades se pueden romper los estereotipos, se pueden detectar estos niños más fácilmente, pueden integrarse mejor y salvar las diferencias.


Hace dos años descubrí que mi hijo es niño con altas capacidades; siempre había sido muy precoz en todos los aspectos, pero no lo veía como algo excepcional, hasta que empezó a jugar solo en el patio y tuvo un par de incidentes de acoso que el colegio controló muy bien. Al comentarle al pediatra en la revisión anual lo que estaba pasando, me dijo que pidiera las pruebas al centro y fue una sorpresa, tenía altas capacidades. Saberlo fue revelador, porque todo empezó a encajar, empecé a entender muchas otras cosas. Hice lo normal en estos casos, preguntar a los especialistas por lo que debía hacer, las contestaciones eran tan anodinas; el pediatra me llegó a decir "lo siento" cuando le di los resultados... así que decidí investigar a fondo por mi cuenta.

Desde entonces he dedicado muchas horas a estudiar el tema de las altas capacidades y la superdotación, a leer libros de los más reputados especialistas y de otros menos conocidos, tesis doctorales, artículos de aquí y allí, guías científicas, he ido a conferencias, visto mil vídeos, blogs y comentado experiencias con otras madres que se sienten igual que yo. Me empuja una motivación muy poderosa, y que cualquiera que sea padre o madre comprenderá, quiero lo mejor para él.


Vivir con un niño con altas capacidades es un reto como cualquier otro; son imaginativos, intuitivos, defensores de la justicia y responsables, por regla general. Pero por otro lado son hipersensibles, empáticos hasta sentir en sus propias carnes el dolor ajeno y como padre o madre sientes la soledad o la incomprensión de la mayoría de la gente.

Los padres de niños así, no queremos presumir de que nuestros hijos superen pruebas de inteligencia y creatividad por encima de la media, queremos que se atiendan sus diferencias porque no están por encima de nadie, simplemente son diferentes y queremos que se desarrollen y lleguen hasta donde ellos quieran llegar y por encima de todo, que sean felices. ¿Qué padre no quiere que su hijo sea feliz?

El otro día llegué a oír a una madre decir "el colegio tendría que dejar de atender las altas capacidades y centrarse en los que tienen problemas..." Hay mucho desconocimiento (sobre todo porque lo de que el colegio atienda, eso es una utopía... casi siempre o siempre), no la juzgo, además siempre hay que ver cuál es su historia y qué le lleva a pensar eso.


Por otro lado, los términos "altas capacidades" "sobre dotados" "superdotado" para hablar de estas características predispone a cierto resquemor... El prefijo únicamente indica que están por encima de la media en su madurez mental respecto de su edad biológica y no que sean superhéroes, ni supervillanos, no son más altos, ni están por encima de nadie... La terminología para definirlos suscita prejuicios. Otros padres podrían pensar. "¿Súper qué?..." "llora por tonterías..." "¿por qué es mejor que mi hijo?..." "Yo no lo veo..." o el típico... "Pobres padres que desgracia tener un hijo así".

Un niño con altas capacidades, es un niño que piensa como una persona más mayor a su edad y su pensamiento es divergente; es decir, relaciona lo aprendido aunque sea de otras materias para dar una solución creativa a cualquier problema, tiene buena memoria, pero no les gusta memorizar, les gustan los retos, no que les repitan hasta el hartazgo lo mismo...

Estos niños deben ser atendidos porque su forma de aprendizaje es diferente, los padres no lo pedimos como un favor, nuestros hijos tienen el derecho a que se les atienda y los profesores la obligación de atenderlos como necesitan.


 
 
 

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